sábado, 14 de mayo de 2011

ME INDIGNO, QUIERO REACCIONAR

El otro día compré y leí un libro-panfleto de Stéphane Hessel titulado INDIGNAOS con prólogo de José Luis Sampedro, y ahora sigo por otro de José Luis Sampedro y 9 más, con prólogo de Hessel titulado REACCIONA, con letras en negrita y una especie de explosión puntiaguda al fondo.

Del libro de Hessel, reducido de extensión, lo que más me gustó fue el prólogo, el resto quedaba mejor expresado en una entrevista emitida por televisión que fue la que motivó la compra, sobre todo por el mensaje del título. Del otro libro, resaltar que es gratificante leer lo que uno piensa.

Me da miedo la marcha del mundo y lo que puede quedar para nuestros hijos, pero con una primera reflexión, hace poco dije a mi padre cuando me hablaba de la debacle que estaban ocasionando Zapatero y los socialistas y que la íbamos a pagar nosotros, que me dejase pensar por mí mismo, que a él no le iba a faltar su pensión y que yo debía trabajar por la mía, dejándole claro que el futuro próximo era mío, no suyo.

El salto generacional y de mentalidad se ha de notar, de la generación anterior conocimos el progreso, salir de la pobreza a la opulencia, y  todo esto con una generación de "creyentes", creced y multiplicaos y la creación es para el hombre. Mis padres, al igual que todos los padres fueron los artífices de nuestro presente, y de un mundo cada vez más complejo. La intervención de mis padres fue callada, nunca estuvieron ligados al poder, no salieron en grandes noticias, no hicieron grandes inversiones, en fin, fueron como la gran mayoría de sus contemporáneos, pero no por eso son menos importantes.

¿Qué dejaremos a nuestros hijos? No me gusta la deriva de la sociedad, no me gusta la actual democracia, demasiado hipócrita, no me gusta las grandes desigualdades mundiales, una bomba de efecto retardado, no me gustan los fanatismos, alentados por la misma sociedad democrática, no me gusta el poder del capital y lo que conlleva, corrupción, dependencia, supremacía sobre los estados, no me gusta el libre comercio controlado por las empresas fuertes, no me gusta la desaparición de las empresas productivas que son cambiada por empresas financieras, especulativas, no me gusta el conformismo de todos, no me gusta la desaparición del medio natural, no me gustan demasiadas cosas que veo todos los días y no me gusta mi actitud de evitarlas mirando para otro lado.

Quizá el principal problema actual no sea la crisis, sino la falta de perspectiva del mundo a largo plazo, que es el motor de nuestro presente. La crisis actual no es más que la cara exterior de una crisis más profunda, la de un mundo agotado sin alternativa. Hay demasiados gurús dando soluciones ficticias, me río de Gres Pan (o como se diga) y de sus vaticinios económicos, de la solución al mundo de Berlusconi, uso de los medios y chicholinas, del Fernández Ordóñez, orgulloso de haber vendido las Cajas al capital, o de Zapatero y Solbes negando la crisis, o del Banco central europeo, salvadores de Grecia prestándoles dinero cinco veces más caro que a cualquier banco o dle iluso Obama hablando de sanidad pública en los EEUU.

No mas conformismo ni vaticinios estúpidos, indignémonos como dice Hessel, reaccionemos, como nos dice Sampedro y otros más, sigamos la progresión de un malestar general, y no nos olvidemos de educarnos teniendo en cuenta un comportamiento ético en todos y cada uno.

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