sábado, 18 de diciembre de 2010

LA CORAZA

Siempre me atrajo el existencialismo, Kafka, Unamuno, ¿somos prisioneros de nuestro destino?, ¿nos podemos enfrentar a él?, recuerdo como acabó el protagonista de la película "El muro", y las diatribas musicales de Pink Floyd para debatirse entre la locura y la razón.

Me planteo ¿que es más verdad, lo que soñamos o lo que vivimos?, el día de hoy recuerdo más muchos sueños de mi niñez que las vivencias que sucedieron en aquellas fechas.

Ayer Jimena me contó un sueño. Al entrar en el acceso al garaje y llegar hasta el fondo, ella y yo encontramos a dos chicos algo mayores que eran malos, muy malos. Iban rompiendo absolutamente todo mientras nosotros nos escondimos. Cuando pudimos salir del garaje y subir a casa, los encontramos sentados ante unas tazas de chocolate humeante, con caras de buenos chicos, y atendidos servicialmente por Mariluz. Con miedo volvimos a bajar al garaje y apareció una Virgen, lo que fue reconfortante, pero cambió el rostro por el de un monstruo. Sin saber qué hacer volvimos a subir a casa y allí estaba otra vez la Virgen que primero nos miró a nosotros, con su cara de monstruo inexpresiva, y después miró a los chicos malos, que ante un gesto de desagrado de la Virgen-monstruo desaparecieron para siempre.

La interpretación del cuento es libre, Jimena dice que fue una pesadilla, yo lo veo como un día más de una vida real, ñponer nombre a los chicos malos me resultaría fácil, l igual que para la Virgen-monstruo, hay quizá demasiados candidatos para ambos personajes.

Imagino que a Jimena este sueño le creará intranquilidad durante mucho tiempo, al igual que me pasaba a mí con sueños parecidos a su edad, pero ahora, lamentablemente, no me llega a rayar la coraza.

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