miércoles, 21 de noviembre de 2012

MUCES 2012

2012, año de crisis. Y ya van cinco. Es bueno darse una vuelta por Europa, dejarse llevar por el cine y ver, disfrutar o aguantar la película de turno que este año corresponde al lado este del continente.

Una impresión, existe una Europa pobre, más pobre que España, más digna cuanto más pobre, y que no deja de ser Europa. Bulagaria, Serbia, Rumanía, Letonia y Lituania tienen algo que decir.

SNEAKERS. Bulgaria
Hippys del siglo XXI. ¿Trasnochados o eternos?. Varias personas se van apartando del mundo ordenado, donde la policía llega hasta los lugares más recónditos.
Según se alejan se van desprendiendo de todo, del trabajo, de los prejuicios, del teléfono, de las propiedades, del dinero, y acaban en una playa virgen, viviendo en una tienda de campaña provisional y disfrutando con juegos infantiles.
Tras una huida de la policía a lo Thelma y Louise, acaban con lo puesto, flotando en una balsa sobre el mar. No tienen nada, el mañana no existe, pero son felices.

AURORA. Letonia.
Investigación neurológica, con una prueba sobre la posible interconexión entre dos cerebros, el de un joven científico y el de una mujer en coma tras un accidente.
El experimento es un éxito, pero el científico se calla los resultados, está viviendo con la paciente una historia que es más real que su propia vida. Esta historia es difícil de describir, tiene las pautas y los escenarios de un sueño, son distintos los espacios, el movimiento, el sexo, el lenguaje, los sentidos e incluso los personajes intrusos que aparecen. Recuerda a los sueños propios y consiguen meterte en un sueño ajeno, el de los protagonistas.
La mujer accidentada en coma muere tras un último intento del científico en una persecución en la que la mujer corría desesperadamente hacia la oscuridad. La persecución es una escena que dura tres minutos sin cambiar de sitio, corre y corre pero nunca llega. Impresionante. En la realidad las cosas no volverán a ser iguales.

LA PRUEBA. Rumanía.
El cine policíaco está ya muy explotado, pero siempre engancha y se puede encontrar sorpresas agradables.
En la Rumanía de la postguerra los agentes de seguridad se someten a una prueba de fidelidad, sin saberlo. Los espías son espiados en un cruce de funciones.
Al final, el veterano actúa para ayudar a un discípulo que tiene ahijado, lo que provoca su perdición tras ser denunciado por aquel a quien quería ayudar.
Mientras tanto se mantiene la tensión en una película bien estructurada.

EL IDIOTA. Lituania.
Película sólo apta para quien haya leído el libro del mismo nombre de Dostoyeski.
Me atrevería a decir que el director, que estaba en la sala de cine, es seguidor de Visconti, se relaja y disfruta con los silencios, más que con la acción, y crea una atmósfera especial en torno a los personajes.
Entre Mariluz y yo vimos una película que pudimos comentar al salir y completar los huecos que nuestro duermevela nos había dejado una película inconexa.
Es de destacar que la acción se realiza en un monasterio, y está muy bien ambientado y enlaza el teatro, la trama y los personajes.
Lo cierto es que me gustaría leer el libro y luego volver a ver la película. Pero ambos son muy largos.

ANTES DE QUE AMANEZCA. Serbia.
Un profesor de música se entera, al poco de jubilarse, que su padre fue un judío al que exterminaron en un campo de concentración en el centro de Belgrado y que le deja como legado una partitura incompleta compuesta en el propio campo de concentración y una carta que dice que la música une detrás de la muerte.
Intenta que el contenido de la carta se cumpla, completa la melodía y habla con los de la sinagoga para que en el campo de concentración, o sus restos,se interprete la melodía con la mejor orquesta, el mejor coro y el mejor solista en un acto multitudinario.
El rechazo y el olvido de la sociedad actual es demoledor.
Al final se interpreta la melodía, la música por un grupo de gitanos amigos, la voz por un solista que no puede cantar, vive borracho desde la muerte de su hijo en la guerra de los Balcanes, el público los indigentes que viven de ocupas en los restos del campo y también los restos de la pequeña comunidad judía. El acto es solemne, impresionante. Los asistentes son los mismos que ocuparon el campo hace setenta años. La música une a los muertos.








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